Autores:

Sara Corral Pablos
Iñaki Coronilla Jiménez
Esther Pérez Sánchez

El pasado mes de abril, en una clase de Biología nos dio una charla un científico del Centro de Láseres Pulsados (CLPU). En esta charla nos hablaron sobre temas relacionados con el ojo. 

El Centro de Láseres Pulsados tiene uno de los diez láseres más potentes del mundo; sin embargo, nos explicaron que uno de los sistemas ópticos más complejos es nuestro ojo. El ojo es un orgáno que detecta la luz y es la base del sentido de la vista. Su función consiste básicamente en transformar la energía lumínica en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio óptico. Nos hablaron de la córnea, del cristalino y el nervio óptico que produce los puntos ciegos:

• La córnea es la estructura hemisférica y transparente localizada en la parte anterior del ojo que permite el paso de la luz y protege al iris. 
• El cristalino está detrás de la córnea, tiene forma biconvexa y es la lente que forma las imágenes.
• El punto ciego, también conocido como papila óptica, mancha ciega o disco óptico, es la zona de la retina de donde surge el nervio óptico. En nuestro nervio óptico hay un punto ciego. Cuando un láser o un puntero láser nos apunta directamente al ojo podemos quemarnos la retina y crear otro punto ciego. Este segundo punto negro lo veríamos como una mancha negra en la visión y no puede quitarse, salvo que con el paso del tiempo el cerebro complete la información que le falta con lo del alrededor.

En la charla realizamos varios experimentos. Uno de ellos fue tomar un folio de papel en blanco y un lápiz. Alejarte unos 30 0 50 cm del folio, taparte tu ojo izquierdo y con la mano derecha dibujar un punto en medio del folio (no exactamente en el medio); destapa tu ojo izquierdo, tápate el derecho e intenta tocar el mismo punto que dibujaste con la mano derecha. Obivamente no pudimos tocar fácilmente el punto, ya que nuestros ojos tienen diferentes ángulos, y no puedes ver con un ojo exactamente lo mismo que ves con el otro.

Respecto a la visión en tres dimensiones. Nosotros tenemos dos ojos que hacen que podamos ver esas tres dimensiones porque nos permite mandar dos imágenes a la vez al cerebro, que tiene la 'tercera visión'. En las gafas de tres dimensiones (las usadas para el cine 3D), en el lado izquierdo hay un polarizador (antes color rojo), que deja pasar la luz que vibra en una dirección (vertical) pero bloquea otras direcciones; y en el lado derecho (antes color azul) deja pasar solo la luz que vibra en horizontal. Por esto mismo al mirar con esas gafas a otra persona que las lleve, si guiñas un ojo puede que solo veas uno de sus ojos. 

Algo que nos pareció muy curioso fue que la pupila es negra porque dentro del ojo no hay luz. Por esto cuando hay mucha luz se encoge y cuando hay poca se dilata. Las personas que tienen los ojos de distintos colores es porque no tenemos el mismo número de capas de tejido en el iris de nuestros ojos. Cuanto más claros son los ojos, menos capas hay. Es decir: los ojos azules tienen una, los verdes dos y los marrones y oscuros tres, así la luz ultravioleta les hace menos daño. La luz es una onda electromagnética y puede ser corta ( rayos x, ultravioletas y rayos gamma) o largas (infrarrojos, radio, microondas...). 

Durante la charla con una cartulina negra y un pequeño agujero que le hicimos pudimos hacer dos experimentos:

• El primero consistió en mirar por el agujero guiñando el ojo. Aunque había gente que no lo podía ver, otros logramos ver las moscas volantes que vemos cuando miramos al cielo (hay que tener una fuente de luz) debido a las células que se desprenden en el humor interno del ojo.
• En el segundo, teníamos que alejar la cartulina y poner un lápiz delante del ojo. Como nuestro cerebro le da vuelta a las imágenes de forma incosciente (porque en realidad todo lo que vemos está al revés), veíamos la punta del lápiz como si estuviéramos bajándolo en vez de subiéndolo. Lo veíamos al revés.

Nos gustó la charla y nos pareció muy interesante.